Queridos lectores: Hoy es uno de esos días en que odio que sea lunes. Sé que a todos nos llega a pasar pero espero que no se haga una constante en mí.. En otras noticias, el fragmento de hoy fue inspirado en algo que me pasó el viernes. Espero que sea de su agrado.
Lauren, con gran pesadumbre, llega a su casa y se avienta en su sillón favorito. Está muy cansada y un poco aliviada de que por fin sea viernes, pues tiene que descansar, física y emocionalmente, para terminar y entregar ese horrible reporte el lunes.
Repasa mentalmente lo que le falta pero como no logra recordarlo a ciencia cierta, saca su laptop de la mochila del trabajo para revisar el documento con el que ha estado trabajando todo el mes de junio.
Cuando aprieta el botón de encendido, se empieza a asustar, ya que no enciende. Luego se dice a sí misma que debió quedarse sin pila y que si conecta el cargador su problema desaparecerá, pero sabe que eso es mentirse, pues está segura que tenía la carga casi al 100% al salir del trabajo.
Se para de golpe y rebusca entre sus cosas hasta dar con el cable que alimenta la energía eléctrica de su ordenador. Cuando lo hace, suspira aliviada cuando ve que el foquito de carga prende.
Deja pasar unos minutos y vuelve a intentar prenderla pero de nuevo falla. Se muerde el labio angustiada, ¿Por qué no le hizo caso a Miguel cuando le dijo que respaldará su información, por si le ocurría algo a su computadora? «No me pasará eso a mí», había respondido ella para que dejara de molestarla con sus pesimistas ideas.
En su celular, empezó a googlear posibles razones de su problema, pero eso sólo provocó que se desesperara más, pues no entendía muchas palabras que mencionaban los artículos.
Derrotada, busca el número del chico que la pretende en el trabajo y tras unos momentos de meditación, pulsa la tecla marcar.
-¿Lauren? -Contesta Mike, claramente emocionado -¿Por fin vas a aceptar mi invitación a salir?
Ella pone los ojos en blanco. Es por ese tipo de cosas que no le gusta ni siquiera entablar una conversación con él. Siempre le insiste y la agobia demasiado. Sabe que jamás saldría con él… «¿Jamás?» Se pregunta a sí misma. Quizá, como dicen, esa palabra no es cierta. Está vez, si quiere salvar su trabajo, tiene que hacerlo, por muy fastidioso que le resulte ese chico.
-Sí, Mike. Este fin de semana tengo ganas de ver una película…
-¡Perfecto! ¿Hay algún cine cerca de tu casa?
-Me gustaría que vinieras a mi casa. Tengo unos cuantos títulos que te podrían interesar -Responde lentamente para que él sopese sus palabras. Sabe que Miguel puede malinterpretar ese gesto… pero no planea sacar la laptop de su casa por miedo a que le pase algo más. Su trabajo depende de ese reporte.
-¿Estás hablando en serio? -Responde el chico. Su voz se nota recelosa, como si sospechara que ella está planeando hacerle una broma pesada.
-Es una oferta sincera. Me gustaría darme la oportunidad de conocerte -Dice ella y cruza los dedos en su espalda, para justificar su mentira. Lauren está consciente de que si le decía la verdad, él no iba acceder a ayudarla y ella no conocía a otro loco obsesionado con las máquinas.
-Está bien, ¿Cuándo quieres que nos veamos?
-¿En una hora? ¡Gracias! Te paso mi dirección por mensaje de texto. Adiós -Dice y cuelga sin esperar una respuesta. No quería que le diera una negativa, pues necesitaba saber ese mismo día si su archivo podría recuperarse sino para empezar a realizar todo el trabajo de nuevo en ese fin de semana.
Cuando dieron las 10, Lauren empieza a caminar en círculos, pues teme que el chico se haya arrepentido. De repente, suena el timbre y ella, nerviosa, abre la puerta. Se ha vestido como si esa fuera una cita real, quiere convencerlo de ello. Además de que ha dejado su laptop preparada en la sala. Es hora de poner en marcha su plan.
-¡Hola, Mike! -Lo saluda al abrir y se queda con la boca abierta cuando lo ve de traje y con una docena de rosas.
-Hola, Lau. Estás muy guapa con ese vestido de rojo.
La chica se sonroja un poco y le hace un ademán para que entre. Después, lo invita a sentarse.
-He conectado mi televisión a la computadora para abrir Netflix -Le informa y finge sorpresa al ver que su ordenador no enciende -¡Oh! ¡No funciona! Y eso que lo deje cargando…
Miguel se para de inmediato para auxiliarla. Desconecta la laptop y empieza a revisarla. Lauren lo mira expectante. Tiene fe en que va a poder rescatar su equipo y todos sus archivos.
-¡Listo! -Exclama emocionado y se la pasa.
-¿Qué tenía? -Pregunta Lau, algo confundida por su rapidez.
-Sólo un pequeño error en el código, pero no importa -Dice mientras ve que Lauren está buscando algo en sus archivos, ¿no se suponían que iban a ver una película en Internet?
Lauren sonrío al ver algo en su pantalla y él empezó a sospechar que sólo lo había usado. Sin embargo, trato de quitarse esa idea de la cabeza y decidió actuar normal.
-¿Qué película veremos? -Preguntó y su expresión cambio, al parecer su cuestión le había tomado por sorpresa.
-¿Qué crees? Creo que vamos a tener que posponerla. Me empecé a sentir muy cansada -Dice y bosteza, para hacer ver que eso era verdad.
Mike cierra los puños enojado y trata de controlarse. Ya encontrará la forma de que sepa que nadie juega con él. De repente, una idea surge en su cabeza.
-Está bien, ya nos veremos el lunes en el trabajo pero ¿me dejas echarle un último vistazo a tu compu? No quiero que vuelva a fallar.
Lauren sonríe encantada y se la pasa.
Él empieza a teclear teclas a una velocidad increíble y, después de asegurarse que había logrado su cometido, se la devolvió.
-Le puse un antivirus. Por ello, no podrás encenderla durante dos días, ¿está bien? El lunes temprano, en el trabajo, podrás ocuparla normal y sino enciende puedes irme a ver a mi oficina.
-¡No sabes lo agradecida que estoy! -Le dice y lo besa en la mejilla. Él le sonríe de manera hipócrita y se marcha a su casa. Esperara ansioso el lunes para su venganza.
Cuando llega el día, se levanta entusiasmado y se encarga de estar temprano en la oficina para ver la expresión de Lauren cuando encienda su computadora, frente a sus ojos, todos sus archivos desaparezcan.
Lauren, por su parte, también tuvo la misma idea de llegar temprano. Por si tenía algún inconveniente, ir a buscar a Mike para que la ayudara.
Llego y se lo encuentra en la entrada así que ambos se van charlando a su lugar. Ella se propone encender su compu y satisfecha le sonríe aún más cuando ve que el botón enciende sin ningún inconveniente.
De repente, la pantalla se vuelve azul y le marca un mensaje avisándole que el formateo programado se va a llevar a cabo en 3, 2, 1… Ella voltea a verlo aterrada al ver lo que sucede pero él tiene una sonrisa fría, ¡Él es el culpable de eso!
-Mike, ¿qué has hecho? -Le grita desesperada -¡Haz que pare!
-No puedo -Confiesa -Y aunque pudiera, no lo haría. Pudiste parar pero no, en vez de eso, decidiste romper mi corazón. Ahora, escúchame bien, yo voy a romper tu vida -Sentencia y, con una sonrisa espeluznante, se marcha a su lugar.
Ella está apunto de seguirlo pero el sonido de su celular, la detiene. Es su jefe. Contesta despacio y él le informa que el reporte tiene que estar a las tres en su escritorio. Lauren voltea a ver su computadora y ve en la pantalla un letrero que indica que el formateo se ha completado. Suspira y le dice que en su escritorio estará lo solicitado.
Unas horas más tarde, en su escritorio, el jefe de Lauren encontró un papel. No era el reporte, sino que era la renuncia de la empleada nueva.
-Lástima -Dice para sí -Pensé que era la buena.
Después, abre su correo y ve el reporte del mes ahí. Lo ha hecho Mike. Sonríe satisfecho, pues ya sabe a quién va a promover, ¡Al diablo la chica nueva! Ya no la volverá a necesitar.
Anne Kayve
Imagen de Pexels en Pixabay
Jajajajaja, si es que hay personas que no saben jugar a las intrigas!
Me gustaLe gusta a 1 persona