Queridos lectores: el texto de hoy tiene que ver con una historia que me contaron y que me dejó pensativa. Espero les guste.
Sus hijas jamás fueron suficientes para ella, pues nunca llegaron a cumplir sus expectativas. Quería vivir a través de ellas y ese fue su principal error. Las amaba, sí, pero ellas no tenían que seguir el camino que ella trazó cuando nacieron, lo malo es que ella lo comprendió muy tarde.
Anne Kayve
Imagen de Sabinevanerp en Pixabay
Creo que sin el amor maternal uno no puede ser feliz. Nunca deberíamos presionar tanto a nuestros hijos y dejarles elegir el camino que quieran, con o sin salida. Lo importante es que sean felices y la persona que desde pequeños desearon ser. Un relato corto pero intenso.
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Lo malo es que muchos padres no lo entienden… Ojalá lo hagan conforme vean a sus hijos ser felices al seguir sus sueños
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Me repetia miles de veces viendo aquella criaturita en mi regazo: “no eres mía, eres ni tan solo tuya”; porque el cuerpo se deshace como el polvo en el viento. Algo veia en sus ojos que no me pertenecía ni aquel cuerpecito que havia parido.., solo instrumentos para crear cuerpos y que así otra alma experimente la vida. Solo madres de cuerpos, aunque suene duro.
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“Madres de cuerpo”, vaya, tu reflexión me ha dejado sin palabras…
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Hay la lucha de no apegarse a los hijos.., hasta el final.
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Pero creo que es inevitable no hacerlo…
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vivir a través de ellos los que nosotros no supimos realizar…error demasiado común para sorprendernos…Besos al vacío
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¡Exacto! Sin embargo, ojála los padres dejen de cometer ese error y empiecen a aceptar a sus hijos como realmente son.
¡Un abrazo!
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