Tomé una fotografía

Queridos lectores: ayer reafirmé mi gusto por la fotografía. El siguiente relato busca reflejar eso, ¡Espero lo disfruten!

Tomé una fotografía de nuestro encuentro. No sales tu ni yo, pero aún así representa mucho más que una imagen. Tiene en ella todos los sentimientos que sentí al verte por primera vez, contiene todo lo que guardaré en mi mente por mi eternidad sobre esa única vez que te vi.

Está de más decir que me enamoré de ti desde que tu mirada se clavó en la mía y sé que es estúpido pero no he dejado de soñar en nuestro próximo encuentro. Aunque sé que será en nuestra próxima vida.

Tomé una fotografía de ese restaurante en el que estaba esperando para comer, y tú sentiste la misma chispa que yo así que te dirigiste sin pensar a mí. Un carro, ¡Estúpido carro! Terminó con tu vida de la forma más cruel. Corrí hacia a ti, como si te conociera de toda la vida, pero ya no tenías señales de estar viva.

Te llevó la ambulancia y no me separé de ti. Me preguntaron tu nombre, no te imaginas cómo me sentí al no saber qué responder. Cuando se dieron cuenta, me sacaron a la fuerza de esa habitación. Llegaron tus familiares y no me acerqué, no sabía qué decirles así que me fui. Poco después de tu entierro, investigué en donde estabas y sigo yendo cada día a dejarte flores.

Tomé una fotografía, para que ella sea mi guía hacia a ti, cuando mi vida se apagué y el infierno se encienda. Cuando nuestras almas se reencuentren en la eternidad.

Anne Kayve

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